Cuando los viajeros regresan a casa
Los aldeanos de Kaiping.
Déjenme que les cuente una historia:
La provincia de Guangdong, o Cantón como se la llama en Occidente, durante el siglo 19, no era ni el mejor ni el mas simpático lugar para vivir en China durante esa época.
Después de varias guerras y hambrunas acontecidas las unas detrás de las otras, la mayoría de la población se encontraba en estado de extrema pobreza o en el proceso de pasar de: extremamente pobre al nivel inmediato inferior.
Para esta pobre gente, nada podía estar peor, pues en esas circunstancias, los únicos caminos que se vislumbraban en su futuro eran perecer en condiciones no muy agradables durante alguna de las guerra o perecer de manera aún peor : de hambre.
Fue durante esa época que mucha gente de la región decidió migrar al extranjero en busca de una vida mejor; sin embargo la mayoría viajó hacia América del Sur y del norte, para trabajar como mano de obra en la construcción de las primeras líneas de ferrocarril de ese continente.
Luego de décadas de trabajo interrumpido, muchos de ellos decidieron regresar con todo el dinero que habían ahorrado y se mudaron en la misma región de la que migraron.
Y es aquí que la cosa se vuelve interesante.
Al regresar al país, muchos de esos emigrantes trajeron consigo las comodidades de la vida moderna que habían descubierto del otro lado del mundo, como por ejemplo relojes de péndulo, fonógrafos, muebles al estilo occidental, bañeras etc..
La mayoría de ellos había trabajado sin descanso durante décadas enteras con el único objetivo de ahorrar lo más posible para poder regresar a China y comenzar una vida mejor y fue así que después de regresar construyeron sus nuevos hogares como una mezcla de las casas de Canton y aquella en las que habían vivido cuando estaban en el extranjero.
Estas casas tenían varios pisos como en occidente y un plano en base cuadrada como se acostumbraba en China, las cocinas fueron hechas al estilo chino mientras que las terrazas fueron hechas al estilo occidental.
Sin embargo…
……la vida en China, después del regreso, seguía siendo igual de difícil que cuando tuvieron que salir. Es por esa razón que al momento de construir sus casas, todos ellos se prepararon a la eventualidad de que alguno de los vecinos pudiese venir “de visita” pero cuando hablo de visita, no me refiero a sentarse alrededor de una mesa a tomar té y charlar, me refiero al hecho de que los vecinos podían venir en “visita organizada” para saquear, robar y llevarse luego la mayor cantidad de pertenencias que pudiesen encontrar.
Estas casas fueron construidas tomando en cuenta esa posibilidad, concibiéndolas como castillos, con rejas en todas las ventanas e incluso ventanas pequeñas en los pisos bajos. Las terrazas de cada edificio no habían sido puestas allí en el sentido occidental, sino al contrario como puestos de vigía para poder observar todo tipo de movimiento sospechoso alrededor. Esa era además la razón secreta por la que estas casas tenían varios pisos.
Los lugareños las apodaron ; 碉楼 (diaolóu) lo que quiere decir : torre de observación y durante un cierto tiempo hubieron 3000 de estas casas en la zona en los alrededores de Kaiping en la provincia de Canton. Solo quedan 1833, según los últimos censos alrededor de Kaiping y 500 en la región de Taishan.
Pero a pesar de todo, algunos de estos viajeros tuvieron que salir nuevamente hacia el extranjero cuando las condiciones de vida volvieron a ponerse difíciles después de la primera guerra mundial. La mayoría de ellos partieron esta vez hacia los Estados Unidos.
Estas casas son hasta ahora en China, el símbolo del regreso a la tierra….
Fueron declaradas en 2007 Patrimonio mundial de la humanidad por la UNESCO.
Todas estas casas fueron construidas en la provincia de Guangdong, y la ciudad de Canton puede servir como base para visitarlas. Solo hace falta tomar la línea de bus que va hasta la ciudad de Kaiping y una vez allí , un ticket “combinado” permite visitar algunas de estas aldeas mediante un mini bus.